Estoy casi segura que hoy mientras entrenaba he estado hablando sola.
La culpa de que yo pareciera enajenada es de Aimar Bretos y Sara Torres, que se han puesto a conversar y me han agitado la mente.
Dice la autora de La seducción que ella no cree en eso de que los opuestos se atraen por el simple hecho de ser “complementarios”. Las comillas son mías, que el tema de complementar a alguien lo cojo con pinzas, pero eso lo hablamos en otro momento.
Ella habla de la belleza relacional que hay en las alianzas desde la diferencia. Me ha parecido un concepto precioso, porque cada día estoy más convencida de que elegir a alguien para compartir recorrido no es algo que se debería hacer buscando verbos como “sumar”, “compensar”, “equilibrar”, tampoco “follar”, y mira que es goloso. Es, como dice Sara, una alianza.
No quisiera yo ponerme melodramática por anticipado, pero la vida se pone muy original con las tramas de vez en cuando, las enreda, complica o dilata, y yo, cuando llegue el momento de remangarse, prefiero un aliado que un complemento, que para eso ya tengo varios bolsos.
En esta conversación también hablan de algo que me ha ido convenciendo con el tiempo, a través de los gestos y gracias a ellos: La ternura es sexy.
Aimar Bretos y Sara Torres despliegan un tema que solo piensas cuando tienes calma, y eso, en esta época veloz, es poco.
El adjetivo “pasional” no pierde fuego porque en la cama se meta la ternura, no sé si te habías dado cuenta. Es posible que no, porque lo que sí sucede con la ternura y no con la pasión más aséptica, es que deja hueco a la vulnerabilidad, y eso ya no hace tanta gracia, y menos en un principio.
Aquí me detengo para reírme y asentir ante la forma tan bella que ha tenido la escritora de explicar los comienzos como una época donde las preguntas están llenas de sustos:
¡Ay! ¿Y si no volvemos a vernos?
¡Ay! ¿Y si no le parezco interesante?
¡Ay! ¿Y si no quiere ir en la misma dirección que yo?
Adoro a esta mujer, ¿ya os habéis dado cuenta, no?
Volviendo a la reflexión sobre lo sexy que puede resultar la ternura, en mi opinión, la pasión más auténtica es la que después de tenerte sudando y gimiendo en diferentes posturas, estancias e intensidades, deja un hueco para el gesto de ternura.
Ahí, en ese espacio entre el fuego y la respiración lenta, germinan la confianza y la complicidad. Dos palabras que permanecen si nacen desde lo tierno, porque agarran más fuerte y más lento.
También estoy de acuerdo con ellos en que cuando no está sincronizado el tipo de deseo, el daño es mucho menor que si la falta de coordinación está en el tipo de ternura que te despiertas.
Cuando alguien no ha respondido a mi deseo, me he enfadado. Hay unas ganas de desfogar, de sentirse vista, es todo más visceral, menos meditado. Cuando no han respondido a mi ternura, eso me ha puesto triste, porque significa algo más profundo. Y prefiero mil veces un enfado a la tristeza.
Cuando te falta el gesto suave, la preocupación sincera, la actitud que arropa…te falta la casa, la sensación cálida de “aquí puedo estar a salvo”. Y eso es una putada, sin más metáfora que añadir.
Como dice Sara, cuando alguien no te regala el espacio y la mano para la ternura, dudamos si nuestra vida no tiene valor, porque nos han conocido y han elegido no conocernos.
Wow.
Ellos hablan de la necesidad de ternura como un modo de conectar con el refugio que alguna vez fue la infancia, y en el peor de los casos, la necesidad de refugio que tuviste en esa etapa.
Y sí, supongo que de algún modo todos nos protegemos del riesgo que implica la pasión que se mezcla con ternura, del sencillo y gran ejercicio que supone asumir el error…y el acierto.
Ahora que has llegado a la última línea de esta reflexión, al punto final de las notas que entre pesas anoté en el móvil, aquí te dejo esa conversación que me ha provocado todas estas palabras. Te deseo que la disfrutes tanto como yo.
😍 Recuerda que si comentas, compartes un trocito de tu lectura o interactúas conmigo, me ayudas a llegar a más gente. Y te lo agradezco mucho.
📖 Para comprar mi último libro, El sofá de Carmen, puedes hacerlo desde la web de la Editorial Nazarí o en tu librería preferida, que siempre es mi opción preferida. Recuerda que si no lo tienen siempre puedes encargarlo.
📻 Si quieres escuchar todas las conversaciones y recomendaciones de libros del podcast Bajo el limonero, aquí tienes el enlace directo.